Las palabras que usamos hablan de nosotros, vivimos en ellas y ellas viven en nosotros.
La magia del lenguaje es maravillosa,es una forma de manifestar lo que somos y la manera que tenemos de ver el mundo en el que nos desenvolvemos. Cada forma de expresión revela una percepción particular,una visión llena de lo que habita en nuestro interior y está matizada por experiencia y emoción, por la consciencia y el lenguaje con que se comparte.
El pensamiento es reflejado en cada expresión y la selección de vocablos empleados representa la manera en que el intelecto se comunica con este maravilloso instrumento.
Hablar de manera positiva no es sólo hablar bonito,ni decir cosas agradables, implica tener clara consciencia de la fuerza que tiene la palabra y los efectos que produce.
Hacer uso del lenguaje positivo es conocer la psicología que acompaña su uso y así descubrir las diferentes habilidades que cada persona puede desarrollar conociendo las características del manejo lingüístico que se tiene.
Esto hace que se seleccione cada expresión con la consciencia que da el conocimiento y que se aproveche el poder creador que tiene el lenguaje.
Las palabras crean la realidad que vivimos y las realidades se construyen con palabras que son pequeños bloques de consciencia que emanan de pensamientos, energía y sonido que, en la vibración refleja el nivel de consciencia del que habla.
Esta época exige mucha atención a lo que se dice. Todos queremos una realidad diferente, todos la creamos con nuestra participación lingüística. Es por tanto de primordial importancia cuidar las palabras que construyen lo que queremos vivir.
Amelia Camacho Guerrero.
4 junio 2019.