Hay un reflejo cotidiano que podemos usar para ver lo que nos damos todo el tiempo.
Es un ejercicio que consiste en imaginar, siempre que estamos frente a cualquier persona, como si fuera un espejo en el que nos vemos , de tal manera que siempre será nuestra imagen la que se refleja y sabremos que vemos lo que ponemos en ella.
Aprenderemos que es la visión personal y no la otra persona lo que está presente en nuestra percepción.
Seremos más respetuosos y más responsables de lo que veamos y también , tal vez, más tolerantes con nosotros mismos. Evitaremos el juicio y la crítica y practicaremos la aceptación para nosotros y para los demás.
Prueba y verás los resultados que te ayudarán a conocerte más.
Amelia Camacho Guerrero.
19 noviembre 2020.