El ego y el miedo.


No olvidemos, si es que ya lo sabíamos, que la raíz del ego es el miedo. Tal vez no pudimos comprender que para crear todas las formas en que el ego aprendió a responder en cada experiencia , fué impulsado por el miedo.   

Un miedo que nos hizo conocer la manera en que nos enfrentamos a situaciones y condiciones que nos ofrecieron experiencias de crecimiento y supervivencia.

Así nos expusimos a muchas y variadas acciones, a emociones y dolores, sufrimientos e incomodidades para las cuales creamos soluciones y conductas que fueron construyendo una identidad y una forma de manifestarse en la experiencia que elegimos.

Por eso el miedo es un vínculo con el ego.  El sale de inmediato cuando un estímulo llega, escoge el personaje que pueda responder y así fortalece la falsa idea de lo que creemos ser.

Es un condicionamiento mental y emocional al que hemos de ver con claridad para saber que podemos dejar de recurrir a esa estrategia .

Ya no estamos en el el proceso de sobrevivencia,eso ya sucedió.

Ahora nuestro camino es hacia el desarrollo y amplitud de la consciencia que, mientras más amplia sea, comprenderá y aplicará el conocimiento descartando los procesos anteriores.

El antídoto para el miedo es la confianza, la fe en uno mismo, el conocimiento que nos libera de condicionamientos. Saber quien soy y de lo que soy capaz. Así sabré que todo es para mí mejor bien.

La confianza, fe , certeza de que todo siempre es para bien nuestro se deriva de reconocer lo que somos y la confianza de que todo lo que vivimos es para avanzar en consciencia de la verdadera identidad.

Nuestro plan de aprendizaje, el programa de nuestra alma para esta aventura nos guía siempre hacia lo que hemos de experimentar y si es atravesando el miedo, por ahí iremos para reconocerlo y superarlo.

Reconocer y aceptar que tenemos miedo nos acerca a su disolución.


Amelia Camacho Guerrero.

13 noviembre 2023.