Vencer los obstáculos egoicos que impiden que veamos que solo en nosotros está lo que niega la aceptación de los demás y también lo que condiciona nuestras relaciones de amistad y de pareja es haber comprendido algo.
En aquellos que nos acompañan en esta vida es en donde se refleja lo que nos aleja del Ser que somos y todo ello marca con etiquetas y diferencias que llegan a convertirse en grandes abismos . Los reflejos que el espejo nos muestra son invisibles para el que no ve mas allá de si mismo. El espejo no miente.
En cada relación está oculta la gran capacidad de amar que habita en cada uno. Es reconociendo y aceptando lo que el espejo nos enseña que podemos aprender a debilitar el ego, disminuyendo así la brecha que nos separa de nosotros y de los demás.
No es que sea difícil amar , no es que los demás no sean dignos de amor, esto nunca es así.
Ellos tienen una tarea muy complicada, son ellos que con su respuesta nos ayudan a descubrir las muchas obstrucciones que hay que superar en nosotros para alcanzar el amor por nosotros y luego por los demás. Somos solo nosotros los que nos negamos el amor que deseamos.
Bendito aquel que nos ayuda a descubrirnos y a encontrarnos, a reconocernos y a abrir nuestro corazón.
Si pudiéramos comprender, si tuviéramos ojos para ver , si supiéramos reconocer que todos estamos unidos para ayudarnos a manifestar el amor en nuestra vida , amar sería muy fácil.
Todos nos damos a la tarea de ser útiles para evolucionar y para favorecernos en cada relación. Lo que nosotros hacemos para los demás , otros lo hacen para nosotros. Todo es un intercambio. Nadie da mas de lo que recibe y todo tiene un propósito.
Amelia Camacho Guerrero.
14 Julio 2015.