Lo que quiero es todo aquello que elijo vivir. Lo que pienso es lo que estoy creando y eso es lo que estoy viviendo.
Todo es fruto de mi creación. Si todo! Absolutamente todo.
Mi vida se vive en mi interior, por eso todo es mi creación.
Cada pensamiento es una elección que procede de una creencia y esta da origen a una actitud.
Cada forma de pensar está en mí. Se manifiesta en mí, se percibe y se experimenta en mí.
Cuidar mi pensamiento es cuidar mi vida.
Pensar es un acto que se ve como algo natural y sin embargo no lo es, repetir ideas mecánicamente es lo habitual en la inconsciencia, pensar es crear y buscar soluciones a las situaciones que representan dificultad y que al analizarlas nos ofrecen cambios de perspectiva y de enfoque, dando como resultado una comprensión de lo que se vive.
Si nos estancamos en las creencias , no pensamos y tampoco creamos. Las creencias pueden ser muy limitantes y lo han sido para todos, ni siquiera nos hemos percatado de su existencia. Desconocemos el poder que les damos. Tampoco nos damos cuenta de lo importante que es descubrir lo que nos guía y las actitudes que manifestamos por su fuerza.
El poder de la palabra se vuelve a confirmar ya que la creencia está hecha de palabras que le dan existencia a lo que nombran.
Tienen el poder del pensamiento creador que nos asiste por naturaleza.
Nos hacen recordar que " nuestra palabra es ley para nosotros" y somos nosotros únicamente los que le damos peso y poder.
Expresarnos conscientemente es una responsabilidad de la creación que hacemos al hablar. La vida entera es un acto de creación, palabra, pensamiento, emoción y acción son los ingredientes de ésta obra.
Reconocer que siempre estamos creando nos hará ser y estar vigilantes de la coherencia de estos ingredientes en nuestro diario vivir.
Seamos los artistas de nuestra vida.
Amelia Camacho Guerrero
18 de septiembre 2023.