Un dia al año el calendario marca una fecha especial para tener en mente algo tan grande como el amor. Así la humanidad se une en un pensamiento sublime que no siempre procede de un significado profundo que realmente conecte con lo que es.
El mundo mecánico mezcla acciones que tergiversan el real sentido de recordar que el amor ha de estar presente en la mente y en la vida de todos todo el tiempo y no solo por un dia para regalar algo que la publicidad sugiere como la expresión del amor que sentimos por alguien.
Recibir un regalo o no recibirlo puede ser interpretado como algo falso, como algo aprendido del mundo y de la sociedad en que vivimos, donde las cosas materiales reflejan el valor de lo más preciado de la vida.
El amor tiene un lenguaje que el alma reconoce, que el corazón sabe, que el ser no confunde y que no miente ni puede ser fingido.
La expresión del amor es visto e interpretado por la consciencia que cada persona tiene y si desde ahi se mide con el precio o tamaño del regalo eso será la medida de su consciencia.
El amor no es medible y menos cuantificable.
El amor egoico piensa en mucho y poco, en más o menos que, compara y califica, mide, pide y exige o impone pruebas siempre para ser convencido de su existencia.
El amor consciente "es" esta y no necesita pruebas, es poderoso, es lo que nos da fuerza e impulso para seguir adelante, para hacer lo que hacemos y vivimos.
Si necesitáramos comprar regalos para probar el amor que somos capaces de compartir no habria dinero que alcanzara.
El verdadero amor que todos podemos compartir vive y sale de nuestro interior en un lenguaje unico para cada quien, nadie puede hacerlo igual a nadie.
El amor es la manifestación más elevada de la consciencia, la expresión de los seres en plenitud, la razon y el propósito de la experiencia humana.
Amelia Camacho Guerrero.
10 de Febrero 2018.