Disfrute.

Podemos hacer muchas cosas que nos gusten, otras tantas que nos vemos obligados a hacer, algunas a las que los factores externos nos conducen y aunque nos gusten , no las gozamos, no nos causan ni siquiera placer.

El gusto, el placer y el disfrute tienen características diferentes que se pueden confundir. El gusto por algo puede ser momentáneo y puede depender del estado de ánimo, el placer tiene que ver con los sentidos. El placer de tomar agua cuando tenemos sed y con avidez bebemos sin detenernos a disfrutar su frescura, así también cuando comemos muy rápido y ni cuenta nos damos de que es lo que comemos.

Todos estos aspectos requieren de la atención, de la presencia, de la consciencia que aprecia cada instante y hacen que podamos saborearlo todo.

La vida es disfrutable pero pocas personas lo hacen.  La mayoría del tiempo se gasta la energía en negación, quejas, resistencia ante los eventos cotidianos en lugar de vivir en la aceptación de lo que es un hecho y no podemos cambiar.

Al convertir los hechos en problemas, los queremos solucionar y eso es imposible, los hechos son y habrá que aceptarlos. Al convertirlos en problemas buscamos solución a lo que no la tiene y vivimos en una constante lucha que produce mucho estrés.

Es sólo nuestra actitud la que produce el estrés, no el trabajo, ni la familia ,ni la pareja.  Tener un enfoque correcto, pensar bien, significarlo todo sin depositar cargas emocionales en personas y cosas, ayuda a tener una mente sana y libre de presiones innecesarias.

Disfrutar la vida, el trabajo, el amor, la comida, las relaciones depende de nosotros mismos y de nadie más. Compartir lo que vivimos con los demás y asumir nuestra participación en el resultado es fundamental para tener una vida plena.


Amelia Camacho Guerrero.

6 agosto 2021.