Discriminación.

Indudablemente el momento presente en que vivimos nos brinda magníficas oportunidades para elegir la experiencia que deseamos manifestar.

Por supuesto que esto requiere de la comprensión del conocimiento adquirido y mas aún de su aplicación.

Es como volver al rompecabezas que vamos armando cuando la información y vivencias que tenemos a lo largo de nuestra búsqueda van tomando forma y nos ofrecen respuestas que resuenan en el interior y permiten la comprensión de lo que buscamos.

Oímos muchas ideas, encontramos en otras voces las frecuencias y vibración de aquello que sentimos como nuestra verdad y que nos expone a verificar lo que recibimos.

Discriminar ahora y soltar lo que ya no consideramos útil es un paso hacia nosotros mismos, hacia lo que espera ser atendido desde hace mucho tiempo.

La experiencia humana se enfrenta a la necesidad de observar y atestiguar la realidad desde un nivel de consciencia diferente. A ser capaces de elegir desde el interior. A escuchar la propia voz y dar poder al saber interior, ése que ha estado siempre ahí y que por escuchar y considerar a otro mas elevado, ha impedido recuperar el poder cedido a otros.

Es momento de reflexión profunda y de tomar en cuenta que lo aprendido tiene que ser sometido al minucioso escrutinio de la consciencia actual.

Estar en casa, nuestra casa interior, disponiendo de tiempo y oportunidad para lograrlo depende de que reconozcamos el objetivo de todo esto. De que veamos todo desde una dimensión de consciencia superior, de que no nos estanquemos en las formas de pensar que hacen que veamos la realidad con la inconsciencia en la que hemos vivido.

Abrir los ojos de la consciencia, inteligentemente, en plena atención a uno mismo, en la certeza de lo que somos, en la comprensión de la transformación que deseamos manifestar al recordar nuestra esencia y verdadera identidad.


Amelia Camacho Guerrero.

1 agosto 2020.