Agradecer día a día todo lo que vivimos y disfrutamos , lo que a través de invisibles manos llega a ser la expresión de la gracia infinita que siempre nos provee de bienestar y múltiples bendiciones en la vida cotidiana es un acto de consciencia y de amor.
Celebrar el día de gracias es recordar que este festejo es permanente para quienes son conscientes de lo que reciben a cada momento. Esto se transforma así en un pensamiento sublime y cotidiano, en un ofrecimiento humilde y elevado hacia lo más sagrado que cada ser humano puede alcanzar.
Dar gracias en un día específico, por la razón que se quiera, es un recordatorio para todos aquellos que experimentamos la necesidad de expresar este hermoso sentimiento a la divinidad, que nos provee siempre y en todo momento de la abundancia que llega a cubrirnos de infinitas bendiciones.
Es la oportunidad de despertar para no dar por sentado nada, de ser conscientes de todo lo que nos rodea y de lo que recibimos a través de la generosidad de muchos seres que realizan muchas cosas para que nosotros podamos tener y compartir lo que tenemos.
Ser generosos con nuestro agradecimiento como es generosa la vida con nosotros.
Ser capaces de agradecer a todos los que participan para que podamos disfrutar cada momento de la vida que gozamos.
Feliz día de Gracias!
Amelia Camacho Guerrero.
22 noviembre 2018.