"La humildad es la quietud perpetua del corazón.
Es no tener conflicto.
Es no sentir temor ni molestia, enojo ni tristeza; no pensar en lo que me han hecho, sentir que nada se ha hecho en mi contra.
Es estar en paz cuando nadie me alaba, y cuando me culpan o desprecian; es tener un hogar bendito en mi interior, a donde puedo ir y cerrar la puerta y arrodillarme ante mi Padre en secreto, y estar en paz, como en un profundo mar de tranquilidad, cuando todo a mi alrededor indica turbulencia."
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Una invitación para reflexionar en estos tiempos de profundos cambios.
Amelia Camacho Guerrero.
25 Febrero 2014.