Esta semana se reanudan actividades, que realmente nunca dejamos. Estamos siempre en una escuela de aprendizaje constante. Hemos dejado las reuniones por un tiempo solo para poder aplicar lo aprendido. Es cuando nos damos cuenta si la comprensión nos permite aplicar cotidianamente lo que ya nos pertenece.
Estar en una escuela, es una alegría, ver a los compañeros, retomar una atención consciente, empezar con nuevos bríos lo que nos ayuda a crecer, volver a atendernos, como debiéramos hacerlo siempre, darnos tiempo para nosotros y para nuestro crecimiento, recordarnos constantemente y valorar lo mucho que somos y que disfrutamos.
Es darnos cuenta de la abundancia que llena nuestra vida, es saber que realmente nada nos falta y lo mucho que tenemos se debe a saber lo que somos. Es poder, es fuerza, es reconocimiento, es el placer maravilloso de conocernos y conocer a los demás, es la oportunidad de darnos y dar a los otros lo que mas deseamos.
La escuela de la vida nos da mucho mas de lo que somos capaces de ver, ahí esta todo lo que queremos aprender. Sin darnos cuenta elegimos las materias que mas necesitamos. Todos son compañeros y maestros. Todos aprendemos aún sin verlo.
Esta vida es un deleite cuando percibimos lo que nos ofrece. Los demás son la inspiración para lograr vernos y descubrirnos. Muchas veces este descubrimiento es desagradable porque aún no tenemos el conocimiento de lo que verdaderamente pasa y vemos a los demás como enemigos que no nos dejan vivir en paz.
Los enemigos están en el interior y quieren ser vistos y la resistencia que oponemos ciega para impedir ver lo que está siempre frente a nuestros ojos. Aceptarnos y conocernos no es cosa fácil. Es mas sencillo ver hacia afuera y señalar a otro. Los demás ayudan y mucho.
Aquí los espero con ánimo renovado y con el corazón abierto para seguir compartiendo todo lo que podemos ofrecernos, siempre brindando nuestro espacio y nuestra presencia en amor y agradecimiento por su compañía.
¡ BIENVENIDOS !
Amelia Camacho Guerrero.
25 Enero 2016.