Se hace prioritario observar atentamente todo lo que brota de nuestros pensamientos, nuestras palabras que se convierten en acciones y en una realidad que experimentamos.
Nos puede sorprender la sincronización de todo esto con la secuencia de eventos que día vemos frente a nuestros ojos, pero nos sorprenderemos más cuando, al cuidar los pensamientos y emociones que emanamos sean producto de la consciencia y el cuidado que pongamos en ellos, ya que los resultados serán diferentes.
Son diferentes porque nos hacemos responsables de la creación que con ellos hacemos, porque tomamos en cuenta que este tiempo y sus condiciones hace que todo suceda de forma inmediata y la sincronía deja de ser solo una idea ,se vive y se produce al aplicar el conocimiento que se tiene aplicando cotidianamente la auto-observación.
Cada pensamiento y todo nuestro discurso produce resultados. Cada idea expresada con la emoción que le acompaña, fija una experiencia que ,en consciencia, puede reconocerse como una creación de la propia vida.
Nuestra palabra es ley para nosotros mismos y la emoción que le acompaña es el pegamento de esa experiencia.
Podemos olvidar el evento pero la emoción nos lo recuerda.
Producir buenos pensamientos acompañados de emociones positivas nos da una oportunidad para cuidar nuestra vida interior y mejores posibilidades de una forma sana en convivencia con los demás.
Amelia Camacho Guerrero.
18 febrero 2019.