Vivimos y todos los días experimentamos múltiples cosas que, si tuviéramos la suficiente consciencia para percibir su grandeza, tal vez nos propondríamos no desperdiciar ni un instante.
Contamos con infinita riqueza de todo tipo, riqueza que al momento de la muerte se enfrenta con gran gusto y satisfacción o con enorme pesar por no haberla disfrutado.
Ante la muerte todo es rápido y pequeño, una larga vida de 50, 60 o 70 años se ve como un instante que rápidamente nos pasa toda la película en un instante y pudiera hacernos lamentar lo que no se vivió y que simultáneamente nos puede llenar de gozo por haberla aprovechado.
Los budistas sugieren "no desperdicies el tiempo ,ni de día ni de noche ", y esto significa que no desperdicies tu vida en rabias y corajes, en odios que no vienen al caso, en todo aquello que como un malentendido te separa de tus queridos seres, de tu familia, al tiempo te darás cuenta de que nada de ello ha valido la pena.
Nuestra gran misión en la vida es "amarnos los unos a los otros ", y hacer todo lo que se pueda por lograrlo, a veces el ego se fortalece tanto que no nos deja ver la luz que el amor trae a nuestra vida.
Todos...absolutamente todos los que nos acompañan en esta experiencia de vida ; están para enseñarnos a superar las barreras que le ponemos al amor que somos capaces de compartir.
No nos resistamos a vivir en amor , a fin de cuentas, es lo que mas deseamos en la vida, amor ,amor, amor y mas amor.
Amelia Camacho Guerrero.
1 Abril 2017.