Conocimiento y opinión.

Mucho de lo que oímos en todas partes tiene estos ingredientes.  Aprender a discernir la diferencia entre éstos términos es algo que todos podemos hacer.

El conocimiento es como es y las opiniones varían de acuerdo a cada mente y cada sujeto que las emite.

Todas están influenciadas por estados emocionales, situaciones, personajes, libros, cursos, practicas de métodos y teorías que se toman como propias y que al tiempo cambian por no ser experimentadas.

Pensar, darnos cuenta y tiempo para valorar los conceptos e información que elegimos requiere de atención y práctica.

Diferenciar entre información y conocimiento, entre saber y conocer, entre experiencia y acumulación de datos es necesario para no aceptar todo lo que vemos como cierto.

Tenemos fuentes de información muy vastas y podemos investigarlo todo. El conocimiento está al alcance de todos.

Sin embargo una mente crítica será la que profundice en aquello que le interesa.

Es así como la consciencia se expande y va cada vez más adentro y busca la resonancia con el interior de cada uno encontrando la verdad que vibra en el corazón de cada hombre, del ser que sabe y puede elegir por si mismo. Este tiempo exige de esa elección personal, de ése criterio consciente que evite la manipulación y la programación a la que todos hemos estado sometidos.

Si seguimos guiandonos por todo lo que sucede en el exterior absorberemos mucha basura y daremos por cierto lo que tanto daño nos causa.

Pensar, sentir, intuir observar con toda nuestra consciencia y atención para elegir aquello que sabemos es la verdad bien fundamentada. Podemos y es necesario responsabilizarnos de lo que permitimos que construya la vida interior.

Confiar con conocimiento, confiar con consciencia, confiar que significa fuerza interna, certeza de lo que somos y elegir lo mejor para todos.


Amelia Camacho Guerrero.

25 enero 2021.