Pensar correctamente requiere de voluntad y de atención. Muchas veces decimos expresiones que tienen efectos desconocidos en la realidad que vivimos.
Hablamos y creamos un efecto en la vida. Al hacerlo tan inconscientemente , no podemos hacernos responsables de ese resultado. Cada expresión proviene del aprendizaje que hemos tenido y lo fijamos al repetirlo con seguridad y convicción de lo que pensamos.
Hablamos de lo que sentimos y de lo que creemos, siendo mucha la ignorancia de los efectos que el significado conlleva.
Nos describimos como personas pobres o hablamos constantemente de carencias, de escases, de faltantes, de insuficiencia de algo que consideramos necesario para vivir, sin darnos cuenta de que estamos creando esa realidad.
Una mentalidad de pobreza , crea pobreza. Si nuestro enfoque es en lo material, dinero , por ejemplo o en bienes materiales, así medimos la riqueza. Éste enfoque hará que nuestra energía sea empleada para lograr la acumulación de aquello que cubra esa satisfacción.
Damos a ese resultado un significado cargado de errores, como el creer que si tenemos todo lo que podemos adquirir es signo de seguridad, éxito, estabilidad, identidad, confianza, etc.
Tener mucho es solo eso, tener posesiones y es riqueza material, que no estorba, que hace la vida muy llena de comodidades y eso está bien.
Al tiempo nos damos cuenta de que no es lo que nos hace ricos. La verdadera riqueza la poseemos todos. Es muy grande y no se cuenta como el dinero. No cuesta nada, no se puede comprar ni pagar.
Tener en mente una mentalidad de abundancia coloca todo en su justo lugar. Podemos producir riqueza material sin olvidar que somos ricos por naturaleza, que poseemos mucho más de lo que podríamos imaginar.
Aprendimos a pensarnos pobres, por mil razones, nadie nos enseñó a valorar todo lo que disfrutamos sin pagar por ello. Así descuidamos lo esencial y derrochamos lo más valioso que tenemos.
Cambiemos la mentalidad y consideremos la riqueza que es la abundancia que experimentamos día a día, momento a momento. Eso nos hace más agradecidos y conscientes de lo que somos.
En lugar de hacer un ritual para atraer abundancia a nuestra vida, hagamos un ritual para celebrar la abundancia que poseemos.
Pedir significa que no tienes, no pidas agradece y bendice lo que sí tienes, así creceras en la abundancia que creas con tu consciencia. Eres creador de la realidad que vives.
La abundancia de tu mente es la abundancia de tu vida.
Amelia Camacho Guerrero.
28 noviembre 2021.