Saber que en esta distribución ha de estar incluido el descanso, el ejercicio, el disfrute de lo que mas nos complace, la diversión, la atención a las relaciones que mas nos importan, la alimentación, el juego, los paseos, el trabajo, el conocimiento etc.,
La falta de balance en estas actividades provoca la desatención en áreas fundamentales para lograr la felicidad.
No todo es trabajo, ni es lo único para lo que estamos aquí. Al tiempo lamentamos no poder convivir con aquellos para los que decimos que trabajamos. Cuando tenemos tiempo para ellos puede ser que ellos ya no estén para nosotros y la frustración no se hace esperar al ver como inútil el trabajo realizado que ya ni a uno satisface.
Darse tiempo para uno implica cuidar lo que a uno le es mas importante. Darse el gusto de estar en y con quien uno disfruta mas. No poner todo nuestro bienestar en manos de nadie. Saber que somos los generadores de lo que vivimos. No hay trabajo que sustituya lo que tu no te das. El trabajo dura un tiempo, no es para siempre. Además este no ha de ser la fuente de reconocimiento y de aceptación que uno se niega, esto está solo en el interior de cada quien y es ahí donde hay que buscarlo.
El cuidado de uno mismo es imprescindible para la salud, mental, física, emocional y de eso dependen tus relaciones, contigo y con los demás.
Amelia Camacho Guerrero.
13 Enero 2015.