Infinitas son las imagenes de mujeres que se han manifestado en el mundo. Todos los roles, todas las actividades, todos los rostros, los cuerpos, todas las formas posibles para ofrecer una variedad de visiones y posibilidades. Ante esta inmensa descripción la mente puede escoger estereotipos y modelos que están muy lejos de una naturaleza desconocida incluso para muchas mujeres. La naturaleza femenina tiene características increíbles, que no pueden ser comparadas con nada. Como todo en la creación, ella es única y especial, original, extraordinaria.
Es la manifestación femenina de la especie humana y por ello puede procrear, es una característica biológica y siendo ésta una experiencia extraordinaria no es valiosa solo por ello. Una mujer tiene expresiones particulares solo porque es mujer. Una mujer tiene la belleza de la creación, la belleza que hay en todo lo creado, no le hace falta competir por eso. Se pueden ver condiciones establecidas por la sociedad para reconocer la belleza en alguien pero no se puede dictaminar la consciencia de lo bello.
La naturaleza de lo femenino está en lo profundo, en lo invisible, en lo que solo el amor descubre y valora. El amor por sí mismas, el amor que descubre y da brillo a la mirada y fuerza al corazón. El amor firme y decidido que ha habitado en los seres que descubren que lo llevan en el interior. El amor que no compite ni domina y que hace a la humanidad sólida y fuerte en sus dos manifestaciones, tanto femenina como masculina.
Hemos de caminar de la mano para ser capaces de disfrutar la naturaleza de lo que somos y encontrar la riqueza de la especie humana protegiéndonos y ayudando , no solo a los individuos, sino a la especie misma a evolucionar en amor y consciencia de lo que en lo individual somos.
Celebremos no solo el día de la mujer, con lo mucho que necesita ser valorado y reconocido, sino a la humanidad entera que permita vernos juntos, unidos amados y reconocidos.
Amelia Camacho Guerrero.
7 Marzo 2016.