El amor a uno mismo.

Buscar este tesoro sin saber que siempre ha estado en uno mismo ha sido motivo de sinsabores y desilusiones que producen sufrimiento y frustracion para muchos.

No saber cómo se ama a uno mismo conlleva a apegos y dependencias innecesarias.

 Todo esto genera la necesidad de ir siempre en busca de aquello o de alguien de quien se espera traiga el amor a la vida personal.

  Por ello se deposita la esperanza de que en algún momento surja, por suerte  o por acto divino, la bendición de encontrar quien cumpla con las expectativas y exigencias que se demandan.

El amor es parte de uno mismo, es la naturaleza del ser humano, es expresión del ser que somos.

Amarse a uno mismo es el reflejo y manifestación del conocimiento de lo que somos.

  Es haberse visto y aceptado a profundidad para poder vivir en armonia interna y así resolver la problemática que existe en el interior.  

Una vez que esto ocurre la relación con otros es un deleite y el encuentro carece de demandas para cubrir necesidades de aceptación y de afecto.

Se puede tomar la responsabilidad de la propia vida y no hay culpas ni deudas de nada ni de nadie.

El proceso puede ser en compañia de alguien y esta oportunidad nos brinda el espejo para ver lo que solos ,no veríamos.

Por eso la convivencia con los demas puede ser tan friccionante, siempre nos estamos viendo , para reconocernos, aceptarnos y amarnos.

Si, hay que tener ojos para hacer esto, los ojos de la consciencia ,ella nos da la direccion en que hay que poner atención y siempre sera hacia nosotros, hacia el interior,  y no hacia el otro.


Amelia Camacho Guerrero.

9 febrero 2019.