Saber callar.

La mecanicidad en las acciones es observable desde varios aspectos. 

Una de ellas es el parloteo y la forma en que entendemos y significamos la comunicación. 

Hablar por hablar no es comunicarnos, en  mas de las ocasiones, la palabra solo llena espacios que el silencio no satisface.

  La necesidad de participar en la conversación  aún y cuando no se solicite opinión alguna, aún y cuando no se conozca a las personas, aún y cuando no se sepa del tema  y más aún cuando se da un consejo no pedido o incluso se emite un juicio severo sobre actitudes o conductas que se desconocen, es manifestación de inconsciencia y de un deseo egoísta de llamar la atención. 

Escuchar y saber hacerlo requiere de una disciplina que proviene del desarrollo de la consciencia de uno mismo. De hacer uso de la palabra de forma consciente conociendo su fuerza y su poder. Es todo un arte. 

La inconsciencia hace creer que siempre hay que decir algo, siempre hay que opinar de todo lo que que se oye y no es así.

Todas las personas buscan ser escuchadas y las más de las veces no sucede . Las amigas muchas veces creen que su participación es indispensable  y en lugar de ello, toman el micrófono y solo aconsejan o juzgan, aprovechando el tiempo para hablar de sus experiencias y de la forma en que ellas han vivido. 

Esto se interpreta como una respuesta amistosa y en realidad es solo una descarga mecánica de emociones e impresiones no digeridas. 

Una comunicación efectiva requiere de presencia y atención, de reconocimiento y aceptación de la persona y sus decisiones, de confianza para expresar lo que sentimos sin temor al juicio ni a la pérdida de afecto. 

La verdadera amistad tiene esas cualidades, por eso es tan importante y hay que valorarla si la ofrecemos o si alguien nos la ofrece. 

Escuchar, sugerir, observar, jamás aconsejar ni dar soluciones personales, orientar, no nutrir dramas ni alentar egos heridos, es un acto de respeto y aceptación, de libertad para que cada uno viva la experiencia que ha elegido y la supere ganando el aprendizaje que necesita.

Es muy importante fijarse bien en quien deposita sus palabras, de hablar de más te puedes arrepentir, de haber callado no. 

". Cuenta tus penas a quien te las haga buenas"  


Amelia Camacho Guerrero. 

4 agosto 2018.