Permanente deseo de felicidad y amor.

Es fácil crear pensamientos hermosos imbuidos por la temporada de celebraciones de fin de año, hacer planes y propósitos a largo plazo para vivir mejor y tener muy buenos deseos para todos. 

Esto es sencillo porque nos dejamos llevar por todo lo que vemos y nos rodea y por lo que la mercadotecnia bombardea a través de la televisión y de los medios de comunicación.

En el interior hay también la esperanza y el deseo de una nueva forma de vida y de mejora en todos los sentidos. Y esto es real. 

Sin embargo esto no ha de ser temporal, requiere de atención y de una verdadera decisión de participación en el cambio que se quiere y en las acciones que queremos ver manifestadas en nuestra realidad. Todo esto va a pasar por muchas pruebas que van templar nuestro carácter y van a ayudar a darnos la firmeza que necesitamos para ver realizada nuestra creación. 

Crear lo que queremos es un acto cotidiano. 

Crear un ambiente sostenido por la consciencia de lo que somos y de lo que queremos realmente hacer para vivir de acuerdo a lo que en nuestro interior vibra deseando ser la manifestación de nuestra experiencia, significa tener viva la atención en nosotros para cuidar la siembra que queremos cosechar. 

Emocionalmente podemos expresar muchas cosas muy lindas que hacen que nos sintamos muy bien, muchas están creadas por el momento  pero no son reales en nuestros actos. Ser honestos con nuestra palabra y con nuestras emociones, para que las creaciones sean duraderas equivale a vernos con humildad y sencillez. 

Mantenerse firme en lo que se desea es tambien darle constancia y permanencia al propósito. 

Hagamos de nuestra vida un permanente compromiso para vivir en armonía con lo que llevamos dentro. 


Amelia Camacho Guerrero. 

3 enero 2019.