De muchas maneras y por muchas razones Dios nos une.
Los medios pueden ser desconocidos para cada uno, pero los fines siempre serán encontrados.
A veces de maneras ocultas ,otras muy evidentes pero siempre con un propósito en cada encuentro.Efimeros en ocasiones ,dejando un sabor distinto y deseo de continuidad y otras la impaciencia para que ya termine.
Todo esto puede ser observado pero no siempre estamos atentos y muchas veces no vemos mas que como suerte o infortunio lo que sucede en cada ocasión.
Todas las oportunidades de encuentro nos ofrecen impresiones para vernos y aprender de nosotros cosas que de otra manera no veríamos. La permanencia o impermanencia de estos encuentros nos conecta con lo que hemos mantenido como algo muy doloroso o trágico: la muerte. La cultura en la que cada uno vive le muestra un significado diferente para este evento y la educacion recibida nos enseña formas distintas de superar los momentos en que las conecciones se terminan.
La muerte , la vivimos todo el tiempo aun sin darnos cuenta. Cada cambio , cada día , cada transformación interna, cada forma de pensar que se modifica , cada experiencia, cada etapa de la vida significa la muerte de algo y el nacimiento de algo diferente con una mentalidad distinta. La muerte de los seres queridos , verlos desaparecer físicamente de nuestro entorno esta ligado a la manera en que los significamos y por desgracia hemos aprendido a hacerlo de manera muy dependiente y dolorosa. Nadie nos enseña a construir significados sanos que nos permitan vivir estos momentos de desapego con aceptacion, con agradecimiento y libertad .La mayor parte de las veces los duelos se prolongan demasiado por la carga emocional que contienen y las personas no encuentran la manera de salir del sufrimiento.
Vivir la muerte de alguien con dolor es natural, pero sufrir por tiempo indefinido no ayuda a seguir adelante viviendo en amor y agradecimiento para aquel que nos acompaño en este camino y que nos dio la magnifica oportunidad de crecer brindándole nuestro amor ante todas las experiencias compartidas.
Los momentos de lamentaciones , remordimientos ,penas , hubieras, debieras, solo nos recuerdan la oportunidad que la muerte se lleva y que no vuelve y por supuesto que esto duele y mucho. La muerte nos pone de frente ante una tarea no cumplida o ante un apego muy fuerte que nos enseña algo que no vimos o dejamos de hacer en vida de la persona. Mas de las veces al que no vemos es a nosotros mismos. No crecemos psicológicamente, nuestro desarrollo es solo físico, cronológico y la parte emocional se queda atorada en una visión de dependencia de necesidad aparentemente imposible de superar. Otras veces se entrega todo lo que es posible y esto ayuda a que la persona se sienta aliviada porque sabe que hizo lo que quería hacer y el dolor dura lo que ha de durar porque no se detiene con el efecto del trabajo mental que recuerda una y otra vez lo que no se hizo y podía haberse hecho. Así la parte emocional puede ser sanada mas rápidamente porque el trabajo personal va a atender directamente el aspecto no resuelto.
La muerte sera siempre una experiencia que nos obliga a vivir al día , dando todo lo que se pueda para que nunca nos tome por sorpresa dejandonos con el deseo de haber hecho la tarea a tiempo. Día a día ponte al corriente en tus emociones, expresa tu amor de todas las formas posibles para ti, comunica a los demás lo que consideres importante, abrazalos , besalos, entregate a la bella tarea de practicar la habilidad de amar que tu tengas ( aquí no hay sobre entrenamiento, nada esta de mas y nada es suficiente) tu siempre ganas cuando amas, es el alimento para tu alma. Haz a un lado lo que lo impida, piensa que un día o tu o lo los demás no estarán para poder entregarles este valioso tesoro.
No temas a la muerte, mas bien teme a morir sin haber sido capaz de entregar todo el amor que eres y sin haberlo compartido.
Amelia Camacho G.
Octubre24, 2011.