Tener una relación de manera sana significa no contaminarla con los significados que damos a otras relaciones para luego transferir su significado a una relación con otra persona. Cuantas veces las necesidades cubiertas por un padre, se transfieren al marido esperando que el cubra lo que el padre cubrió o no cubrió. De igual manera un esposo deposita todas sus expectativas hacia la madre, en la esposa, esperando que ella cubra lo que mama le daba o no le dio, creando así una relación falsa con la pareja.
Estas necesidades se ven reflejadas en el significado que ponemos en las personas generando demandas constantes de algo que no alcanzamos a cumplir, no porque no queramos, sino por la ignorancia de lo que se vive solo en la mente de cada uno.
Ver cada relación con su propio valor, sin poner poner en ella tareas que, aparentemente, tenían que hacer otros, es una manera de iniciar relaciones limpias, alegres y nuevas, de otra manera estas se convierten en la repetición de lo que la mente crea, impidiendo que las personas vivan lo que realmente corresponde a cada relación.
Liberar a los demás de estas expectativas es empezar a conocer a las personas, es verlas sin la máscara que les ponemos al desear que sean como son o fueron otros personajes de la vida.
El poco o nulo conocimiento que tenemos de nuestras necesidades esenciales, hace que pongamos en todas las manos el cumplimiento de ellas y cuando los demás no responden como esperamos, los culpamos de desamor, descuido, desatención o frustración. Esto implica no darnos cuenta de lo que nosotros mismos creamos y vivimos. Nadie tiene que darte lo que tu pides. Nadie tiene esa obligación.
Al crear una obligación creamos frustración y sufrimiento. Lo que no se hace por amor se hace por obligación y una relación basada en el cumplimiento de obligaciones, no es una relación feliz. Una relación fundada en el amor, se disfruta, es alegre, comprometida, porque sabe que nada la obliga, solo el amor , en su deseo de ser compartido con el otro ,no es una carga, es el impulso de vida y de disfrute.
Podemos crear relaciones reales con cada persona, disfrutando así, lo que cada encuentro nos ofrece, viendo a cada persona, como lo que es, sin darle el peso que un significado emocional agrega ya que al hacerlo nos privamos del descubrimiento maravilloso que nos brindan las relaciones humanas.