La muerte es la graduación de la vida.

Este evento puede verse de múltiples maneras, en todas ellas está presente el sistema de creencias adquirido o largo de la vida. 

Muchas ideas relativas a la muerte están ligadas la cultura y la tradición de cada lugar seguido por las costumbres que desde siempre se han mantenido en las familias y en los pueblos.

Al cambiar la consciencia, la forma de ver la realidad es diferente y eso hace que las viejas ideas sean obsoletas. Cambia la actitud ante la vida y ante la muerte. 

Vivir se convierte en un propósito primordial de la existencia y la muerte es vista como una transformación que se acepta como un acto de amor que se convierte simplemente en la culminación de la experiencia que se vino a conocer en este mundo. 

Vivir con toda intensidad todo lo que se quiere y aprender  a disfrutar y agradecer con toda la consciencia ganada brinda la oportunidad de estar listo para ese momento sin sufrir.

Esto implica que se ha aprendido mucho de la experiencia humana y que la armonía y la paz habitan en el interior de cada uno para poder considerarse graduado en esta etapa y estar listo para la próxima. La vida es eterna, la existencia en este mundo es temporal. 

Sea para todos la aceptación de la vida la aceptacion de la muerte. Sea para todos vivir en plenitud esta vida y llegar a la muerte sin miedo a perder la oportunidad de vivir por no arriesgarse a experimentar lo suficiente.

En una cultura de sufrimiento esto puede parecer imposible, pero la evolución de la consciencia hace posible que el sufrimiento no sea la forma de vida que se elija y se opte por el camino del conocimiento y la maravillosa trascendencia de la humanidad.


Amelia Camacho Guerrero. 

19 Octubre 2017.