¿ Año Nuevo? ¿NUEVO de verdad?

Pensar en año nuevo, desear cosas diferentes y tener muchas cosas que hacer y que cambiar, llenarse de planes y de buenos propósitos para el futuro. 

Todos los rituales que se repiten año con año y las acciones que invitan a que, cuando menos, por un tiempo reducido, la mente se ocupe de pensar algo diferente. 

Iniciar un proceso de cambio con el propósito de lograr resultados positivos, implica tener la atención en verdaderos retos para hacer todo de manera diferente. 

Soltar las cosas que hacemos rutinariamente y convencerse de querer vivir de forma nueva creando cosas y sentimientos, emociones y actitudes que rompan la inercia de la mecanicidad que nos conduce siempre a lo mismo,es un paso fundamental para que vivamos realmente de forma distinta. 

Año nuevo, vida nueva es un dicho muy repetido y poco manifestado. 

Siempre al final del año se hacen recapitulaciones y balances de lo que hemos hecho y aprendido y no faltan las valoraciones, no siempre tan favorables, otras tantas, con concesiones que no nos hagan sentir mal y saber que vivimos siempre lo que creamos, no está en el catálogo de aceptación de la experiencia. 

Centrarse  en querer que todo sea mejor invita a crear nuestra vida día a día con lo mejor que tenemos y con la consciencia de que somos capaces de lograr que nuestra vida sea como la queremos, de que siempre está  en nuestro poder obtener un mejor resultado y que el futuro que deseamos esta siempre en nuestro corazón y en nuestras manos. 


Amelia Camacho Guerrero. 

1 Enero 2018.